Fabula de León Siguenza
El león y el Ratón:
Dormía tranquilamente un león,
cuando un ratón empezó
a juguetear encima de su cuerpo.
Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón;
y a punto de ser devorado,
le pidió éste que le perdonara,
prometiendole pagarle cumplidamente llegado
el momento oportuno.
El león echó a reír y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores
apresaron al rey de la selva
y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol.
Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír los lamentos del león,
corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
- Días atrás - le dijo - te burlaste de mí pensando
que nada podría hacer por tí en agradecimiento.
Ahora es bueno que sepas que los pequeños
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